Editorial

La Educación Permanente de personas adultas lleva ya más de 30 años realizando su labor en Andalucía y constituye como en otros paises, una etapa educativa que cada vez cobra más fuerza. La formación continua y el aprendizaje a lo largo de la vida constituyen una base indiscutible de las sociedades más avanzadas. Podríamos decir que no es la educación obligatoria la que define el avance educativo de un país, sino la Educación Permanente por cuanto esta se hace sobre aquella. Por ello precisamente en muchos aspectos ha sido una enseñanza postergada a la que con este monográfico queríamos rendir homenaje, dar visibilidad y otorgar reconocimiento.

Los paises que se preocupan de su Educación Permanente y por extensión, las sociedades que la demandan y la apoyan, constituyen culturas que aprecian el valor universal de la educación porque debe llegar a toda la población sea cual sea su edad y realidad social, y también porque la reconocen eterna, porque se trata de una misión que no acaba nunca, que no tiene caducidad ni plazos.

Antiguamente se creía que a leer y escribir, por ejemplo, se aprendía en la infancia y que luego no había más que hacer al respecto, salvo leer y escribir más o menos. Hoy sabemos qué errónea es esta idea, que todavía albergan algunos trasnochados. Todas las investigaciones afirman que a aprender a leer y escribir se dedica toda la vida, que la lectura y la escritura no son cosa de aprender unos signos colocados unos detrás de otros cuyo dominio adquiere la niña en cuanto sabe descrifrarlos y dibujarlos. Leer y escribir es mucho más, ni siquiera es un aprendizaje estrictamente lingüístico, es un aprendizaje total de nuestro cerebro, de nuestra personalidad, nuestra cultura y nuestra vida; por eso es tan complejo adquirir una comprensión lectora excelente, por eso es tan difícil escribir bien, porque nadie jamás podría saturar, por ejemplo, la comprensión de todos los textos, nadie en el mundo es capaz de comprender la totalidad de los textos ni siquiera en su lengua materna. Y esto es solo un ejemplo: la ciencia, el arte, la ética, la historia… nada se acaba de aprender rotunda y totalmente. Esta importancia de la Educación Permanente en las sociedades avanzadas es en realidad también base del cambio de la autoridad académica del profesorado, de su imagen profesional. El profesorado no lo sabe todo, no puede saberlo todo y no tiene que saberlo todo, porque ese tipo de autoridad ni puede existir y además, no es el que queremos. Por eso, en contra de lo que ocurría antes, el profesorado debe admitir que tiene que aprender durante toda su vida y que ese compromiso es en realidad la base de nuestra educación como seres humanos, seres en continuo aprendizaje.

En el presente monográfico hacemos un repaso somero de algunos de los flancos de la Educación Permanente que en Andalucía ha evolucionado durante más de tres décadas para incluir a los Centros de Educación Permanente, los Institutos de Secundaria para personas adultas y las Escuelas Oficiales de Idiomas, cada uno de ellos con sus peculiaridades. Esto nos permitirá ver la evolución así como algunas experiencias relevantes como las tertulias o los proyectos europeos, demostrando que la Educación Permanente también está presente en todas las oportunidades educativas. Lógicamente, profesorado y alumnado son los constituyentes principales de esta institución a la que aportan sus variadísimos problemas y necesidades como sus energías y soluciones en continua mejoría. En este panorama, los Centros del Profesorado no podían estar ausentes, porque ellos mismos constituyen formación permanente y porque tienen como una de sus finalidades apoyar la Educación Permanente en todas sus variantes.

En ocasiones cuando oímos a los políticos referirse a la Educación o cuando escuchamos en los debates mencionar la reforma necesaria de la Educación, suelen reducir la expresión a la Educación Obligatoria, como si la infancia y la adolescencia fueran los único posibles de educar, como si el resto de la Educación apenas tuviera importancia o relevancia y mucho menos trascendencia. Ya va siendo hora de superar este error, ya es hora de romper este encasillamiento reaccionario.

La Educación Permanente suele referirse a los ambientes formales y de personas adultas, sin embargo, también existe el concepto de aprendizaje permanente, que incluye toda la biografía humana desde el nacimiento. La educación infantil también es parte del aprendizaje permanente, la enseñanza de los adolescentes igualmente es parte de la educación permanente aunque sea solo en sus comienzos. Es como si llamáramos escalada a la aproximación a la falda de la montaña, maratón a recorrer cinco kilómetros, o vida solamente a nuestros primeros 15 años. ¿Podríamos decir siquiera que estamos llamando a las cosas por su nombre? No. Toda la educación es hoy aprendizaje permanente. Toda la vida es hoy nuestra escuela. Por eso, algún día, cuando se diga sencillamente Educación, estaremos diciendo en realidad Educación Permanente.

Miguel Calvillo Jurado

Asesor de Educación permanente

CEP de Cordoba

miguel.calvillo.edu@juntadeandalucia.es